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Uruguay: ¿Agua y saneamiento para todos?

13 al 17 de febrero 2012: Misión de la ONU al país constata acceso casi universal, pero advierte sobre exclusión social focalizada.

El 98% de la población uruguaya tiene acceso a agua potable de calidad y a fuentes mejoradas de saneamiento. Son los índices más altos en América Latina y el Caribe, según la Relatora Especial de Naciones Unidas sobre el derecho al agua potable y saneamiento, Catarina de Albuquerque.

La ONU recomienda que el gasto promedio en agua y saneamiento sea del 3% al 5% del total del gasto familiar. En Uruguay, el promedio es del 2,5%-3%, según indicó De Albuquerque.

Para la Relatora, el país es un ejemplo de que el sector del agua y saneamiento puede funcionar adecuadamente y ser sostenible financieramente a través de una empresa pública.

Además, Uruguay es el primer país del mundo que reconoció el derecho al agua potable y saneamiento en su Constitucióncomo un derecho humano fundamental (art.47). Pero, ¿y el 2% de uruguayos a quienes no se les garantiza este derecho?

La experta de la ONU visitó Uruguay, por primera vez, del 13 al 17 de febrero 2012 para supervisar la realización del derecho al agua y saneamiento. Estuvo en los centros de privación de libertad para adolescentes en la Colonia Berro, en asentamientos y zonas rurales. Se reunió con ministros, intendentes, entes como la OSE (Obras Sanitarias del Estado), con funcionarios de la ONU, organizaciones de la sociedad civil y con familias. Pudo constatar los progresos alcanzados y la discriminación que afecta a ciertos sectores sociales, como algunos grupos de niños, niñas y adolescentes.

«Impostergable»

Durante la visita, la Relatora pudo conocer de primera mano historias personales. «Los adolescentes en la Colonia Berro están encerrados, no tienen acceso libre a nada, tampoco a baños ni letrinas. Es precario, tienen que llamar al responsable para que les abra la puerta. La situación en la Berro es impostergable. No es aceptable en un país como Uruguay. Reafirmo las recomendaciones previas de mis colegas de Naciones Unidas, como las del informe Nowak».

También estuvo en asentamientos ubicados en el barrio Borro de Montevideo, donde conversó con algunas familias y entró en sus hogares. «Los niños contraen enfermedades en la piel causadas por los deshechos vertidos a las cunetas por falta de saneamiento.» afirmó De Albuquerque.

¿Por qué estas familias no tienen acceso a este derecho? Para De Alburquerque, es una cuestión de exclusión social debido a los bajos ingresos económicos de este sector. Estas familias, explicó la experta, no pueden pagar las facturas de agua y saneamiento y tienen dos alternativas: ganan la lotería o sacrifican otras necesidades, como la comida.

«Desde el punto de vista de los derechos humanos, es inaceptable. El acceso es una cuestión de poder, no sólo de disponibilidad de recursos hídricos. Hay piscinas, campos de golf, pero algunos asentamientos no tienen agua ni saneamiento» señaló.

Según el Jefe de Promoción y Regularización de OSE, Juan Berhau, existen tarifas subsidiadas para las familias en situación de vulnerabilidad socio-económica: la «tarifa familiar», avalada por el Ministerio de Desarrollo Social, y la «tarifa social» para los asentamientos. Para ambas, los primeros 15 mil litros de agua tienen un costo total de 67 pesos y, si se sobrepasa esta cantidad, el exceso tiene un costo común.

El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU establece en su observación general nº15 del 2002 que, el goce de este derecho, debe ser asequible a todos: tener un costo que no afecte a otros derechos o ser gratuito para quienes no puedan pagarlo.

Asimismo, todos tenemos derecho a tener «agua suficiente, salubre, aceptable, accesible y asequible para el uso personal y doméstico».  La Organización Mundial de la Salud recomienda poder disponer de entre 50-100 litros diarios, siendo la cantidad mayor para madres lactantes, embarazadas y enfermos.

También aconseja que, si no se tiene agua en la vivienda, ésta esté accesible a 1,000 metros de la casa y que el tiempo de recolecta no exceda los 30 minutos. En las escuelas, liceos, hospitales y centros de detención siempre debe de haber agua y saneamiento accesible. Por ejemplo, como medida estatal, la OSE a través del proyecto «Pequeñas localidades» llevará agua a unas 355 localidades rurales, incluidas escuelas del interior.

Para todos

«Es posible el desarrollo económico de la ganadería, la agricultura y también el derecho al agua y saneamiento para todos. Estoy convencida que Uruguay lo puede lograr. Tiene la capacidad y la competencia para hacer más» apuntó De Albuquerque.

Para ello, instó al Estado a diseñar políticas públicas al respecto, ya establecidas en la Constitución. Aprobar un Plan Nacional que integre principios de derechos humanos; un presupuesto independiente; un mecanismo de quejas autónomo; y a diversas instituciones de monitoreo con recursos suficientes, como a la DINAGUA (Dirección Nacional de Agua y Saneamiento) y a la URSEA (Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua), que cuenta actualmente con 3 trabajadores para todo el país. También recomendó incluir en este proceso a las ONGs porque «saben las necesidades reales de la gente».

Éstas fueron algunas de las conclusiones preliminares de la misión de la ONU a Uruguay. En setiembre de 2012, se harán públicas en Ginebra las observaciones finales del panorama nacional.

Para la Relatora, existe voluntad política y el Gobierno está tomando medidas para garantizar a toda la población este derecho. El Estado asumió esta obligación mediante la legislación nacional e internacional: Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (arts. 11 y 12), la Convención sobre los Derechos del Niño (arts. 24 y 27), la Convención Americana de Derechos Humanos, entre otros.

«Exigimos a Uruguay más que canillas, más que tuberías, más que pozos negros, es una cuestión social» concluyó De Albuquerque.

Redacción: Agencia Voz y Vos, Cristina Polo

Fotografías: Nadia Tantardini

¿Sabías que…?
884 millones de personas en el mundo no tienen acceso a fuentes mejoradas de agua potable.
La escasez de agua afecta a 4 de cada 10 personas en el mundo.
2.5 billones no tienen acceso a instalaciones mejoradas de saneamiento.
1.8 millones de niños y niñas mueren cada año de diarrea y otras enfermedades causadas por el agua sucia y mal saneamiento.
En países con una alta mortalidad infantil, la diarrea se cobra más vidas de niños y niñas menores de 5 años que cualquier otra causa, más que la neumonía, malaria y VIH/Sida juntos. Más del 90% de las causas de la mortalidad infantil están relacionadas con el agua contaminada y saneamiento inadecuado.
El promedio total de agua para uso doméstico es menos del 10% del total del uso del agua. La industria y agricultura acaparan el mayor uso.
En países en desarrollo, menos del 5% del agua es para uso personal y doméstico, y más del 80% para el riego.
Fuente: Naciones Unidas

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Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos- Web Uruguay