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Monitoreando la catástrofe

El Centro de Salud del Cerro, es el centro sanitario de referencia para unas 240 mil personas de la zona oeste de Montevideo. Incluye los barrios Casabó, Cerro Norte, Pajas Blancas, Santiago Vázquez, entre muchos otros.

En esa zona nace aproximadamente el 65% de los niños de Montevideo. Una importante mayoría lo hace en situación de pobreza. En el Cerro, por ejemplo, el 56.2% de las personas de entre 0 y 14 años son pobres. Los índices de repetición y deserción están entre los más altos del país.

Enmarcado en este panorama está el Centro de Salud, donde faltan recursos materiales y humanos, y donde quedan expuestas muchas de las fallas del Sistema Nacional Integrado de Salud.

Según los pediatras que trabajan desde hace una década en la policlínica, la falta de profesionales responde en primer lugar a una sencilla cuestión de números. La Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) paga 410 pesos por hora, contra 768 del sector privado. “Según encuestas de la Sociedad Uruguaya de Pediatría, las últimas tres generaciones de pediatras no están eligiendo el sector público para trabajar”, explica un grupo de pediatras del Centro de Salud. “Las generaciones nuevas no vienen. No se pueden llenar ni las puertas de pediatría, acá en el Cerro la mayoría de los días no hay pediatra”, aseguran. Pero no solo influye el tema económico. “Las condiciones de trabajo no son las mismas, acá uno se angustia mucho y las soluciones no llegan a tiempo porque los tiempos institucionales no son los de los pacientes”, sostienen.

“En el futuro inmediato cada vez va a haber menos pediatras y lo que hacemos es advertir que si no se toman medidas ahora, cuando despierten va a ser demasiado tarde”.

Alicia Ferreira, gerenta general de ASSE, dijo que “existe una carencia relativa de pediatras”, como consecuencia de que con la reforma de la salud aumentó el número de niños afiliados. Sostuvo que “no existe sobrecarga”, pero reconoció que “hay días (en que) no podemos cubrir las guardias de los centros de salud”.

La jerarca adelantó que se van a crear cargos de alta dedicación, “con un valor hora 40 por ciento superior al actual para policlínicas y guardias”, para hacer frente a esta situación.

Quienes están desde hace más tiempo, comparan la actual situación con la de 2002 y no pocos sostienen que “las cosas van a peor”. “Los jerarcas tienen la idea de lo que era trabajar acá hace varios años, pero no conocen lo que pasa hoy. Hay un deterioro muy fuerte que no conocen”, explican. “Tenemos casos de padres que vienen drogados a la consulta con sus recién nacidos bajo el brazo”, o “madres de 20 años con buena ropa y un buen celular y cuando les preguntás si tienen agua potable no saben qué es. Y no son casos excepcionales”.

“Estamos monitoreando una catástrofe neurológica cognitiva de estos niños”, alertan.